Centros de mesa sencillos para todos los días

En La Compañía Francesa, creemos que cuidar una mesa es cuidar la vida que sucede a su alrededor. Por eso queremos invitarte a reconectar con lo esencial: un mantel bonito, un jarrón con flores que parezcan recién recogidas del campo… y esa magia que se nota cuando haces las cosas con cariño.


¿Por qué apostar por un centro de mesa sencillo?

En un mundo que corre deprisa, la simplicidad es lujo. Y un centro de mesa sencillo no significa aburrido: significa acertado. Significa que cada elemento está elegido con intención, que no sobra nada y que todo transmite armonía. Es la diferencia entre una mesa puesta por ponerla… y una mesa que invita a quedarse.

Cuando la mesa está bonita, tus hijos se sientan más a gusto. Tus amigas se quedan un rato más. Incluso tú te relajas y disfrutas de lo que has preparado, aunque sea una simple tostada con mantequilla.

Un centro de mesa sencillo tiene ese poder: transformar lo cotidiano en especial sin esfuerzo.


El secreto está en los elementos (y en cómo los combinas)

Para conseguir un centro de mesa sencillo , no necesitas muchas cosas. Solo las adecuadas.


1. Un mantel que te haga sonreír

El mantel es la base de todo. Y en La Compañía Francesa, lo sabemos bien. No hay centro de mesa que brille sobre un mantel apagado. Por eso apostamos por manteles de calidad, con estampados que cuentan historias, y tejidos prácticos, como los resinados, que no se arrugan y se limpian con un paño.


Porque una mesa bien vestida no tiene por qué ser complicada. Solo tiene que ser bonita.


Elige estampados que reflejen tu estilo o la estación del año. Flores para la primavera, rayas suaves para el verano, tonos cálidos para el otoño… y si es para cada día, que sea uno que te guste mirar una y otra vez.



2. Un jarrón con alma

El jarrón es el compañero inseparable de las flores. Y aquí también vale la máxima del menos es más.

Nos encantan los jarrones bajos, de cerámica artesanal. Quedan preciosos, no interrumpen la vista entre comensales y tienen ese aire cálido que tanto buscamos en la decoración.

Nuestro consejo: elige uno que podrías dejar sobre la mesa incluso sin flores. Ese es el jarrón perfecto.

Cerámica blanca, terracota natural, vidrios ahumados… En la tienda encontrarás modelos para todos los gustos. Lo importante es que te inspire.

3. Flores artificiales que parecen naturales

Sí. Has leído bien: flores artificiales . Porque cuando están bien hechas, no solo parecen reales… ¡son aún mejores!

En La Compañía Francesa las seleccionamos con mimo, una a una. Buscamos texturas que parezcan vivas, colores que no sean planos y combinaciones que parezcan sacadas de un jardín inglés. Son flores pensadas para casas reales, con vida, niños, visitas y muchas cosas que hacer.

Un centro de mesa sencillo hecho con nuestras flores dura todo el año. No necesita agua, no mancha, y siempre está perfecto.


Cómo crear un centro de mesa sencillo y especial

Aquí va una pequeña guía paso a paso para lograr ese efecto “¡qué bonito!” sin que parezca forzado:


Paso 1: Elige una paleta de color

Parte de dos o tres tonos que armonicen entre sí. 


Paso 2: Combina alturas y texturas

No pongas todas las flores iguales. Mezcla una flor protagonista (una peonía, una hortensia) con otras más pequeñas (lavandas, espigas, ramitas verdes). Eso crea naturalidad y volumen.


Paso 3: Elige el jarrón adecuado

Recuerda: bajo, cerámico y con personalidad. Si tiene una boca ancha, deja que las flores se expandan un poco. Si es más cerrado, elige tallos largos y estilizados.


Paso 4: Sitúalo en el centro… pero sin interrumpir

El centro de mesa sencillo debe estar ahí, pero sin estorbar. Deja espacio para los platos, que no tape la vista ni moleste al servir.


Es decoración, pero también funcionalidad.


Paso 5: Añade un detalle más (si quieres)

Una vela pequeña, una rama de olivo, una servilleta bonita doblada de forma especial. Un toque extra que diga: “Esto lo he hecho con amor.


Un centro de mesa sencillo no es solo una decoración. Es una declaración silenciosa de estilo, cuidado y amor. Es tu forma de decir: “Este momento importa”. Aunque sea martes. Aunque comas sola. Aunque solo dure media hora.

Es el tipo de cosas que tus hijos recordarán cuando crezcan. El tipo de gesto que hace que tus amigas te digan: “¡Qué gusto da venir a tu casa!”. El tipo de belleza que se nota… sin que haga falta explicarla.

Porque cuando montas una mesa bonita, no solo cuidas el entorno. Te estás cuidando a ti.


¿Por qué flores artificiales?

Te contamos por qué somos tan fans:

  • No se marchitan : duran años y siempre están preciosas.

  • No requieren mantenimiento : ni agua, ni luz, ni poda.

  • No ensucian : cero hojas secas, cero pétalos en la mesa.

  • Y si están bien elegidas… parecen vivas.

Además, puedes crear combinaciones que no siempre son posibles con flores frescas. Y cambiar de estilo con cada estación o estado de ánimo. Son una inversión estética… y emocional.


Desde mi mesa… a la tuya

En La Compañía Francesa no vendemos solo manteles, flores o jarrones. Vendemos esa emoción de preparar tu casa para disfrutarla. Esa sensación de estar haciendo algo bien, algo bonito, algo con intención.

Por eso cada pieza que seleccionamos está pensada para ayudarte a contar tu historia. A que tu casa sea más tuya. Más vivida. Más feliz.


Besos y abrazos,
Marga


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