Unos pequeños detalles que marcan la diferencia entre una mesa común y una mesa que tus invitados no podrán olvidar. ¡Déjalos con la boca abierta!

Ah, la emoción de recibir invitados en casa... No sé si te pasa lo mismo, pero para mí, no hay nada como montar una mesa bonita, ¡casi casi que me emociono más por decorarla que por la cena en sí! Después de todo, una mesa bien puesta es mucho más que cubiertos y platos; es el escenario donde todo ocurre, donde las risas se comparten y los brindis se hacen eternos. ¿Vamos a por ello?

1. Elige un buen mantel, ¡sin arrugas!

   El mantel es la base de todo. Si la ocasión es formal, te recomiendo un mantel de lino. Si buscas algo más desenfadado, puedes optar por los manteles estampados o resinados, que además de ser preciosos, son súper prácticos de limpiar si se te cae un poco de vino... ¡a quién no le ha pasado! Además, en esta tienda puedes hacerlos a medida para que encajen perfectamente con tu mesa.

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2. El equilibrio entre lo elegante y lo práctico: La vajilla

   Una buena vajilla es como un buen vestido, ¡le da personalidad a la mesa! Para un toque chic, puedes usar platos sencillos de porcelana blanca combinados con los bajoplatos dorados. ¿Quieres sorprender aún más? Mezcla diferentes estilos de platos; puedes encontrar platos llanos y de postre que le darán ese toque especial a tu mesa. Optar por colores neutros o suaves asegura que la vajilla se integre armoniosamente con el resto de la decoración, mientras que detalles sutiles, como bordes dorados, aportan un toque lujoso sin restar protagonismo a otros elementos. Al final, una vajilla bien elegida refleja tu buen gusto y el cuidado por los detalles.

3. ¿Flores sí o no? ¡Claro que sí, pero con mesura!

   A veces no tengo tiempo de ir a la floristería, pero tengo una solución perfecta: corto ramitas de mi jardín y las pongo en pequeños jarrones como los que encuentras en La Compañía Francesa. Son discretos y llenos de color, ideales para darle frescura a la mesa sin robar protagonismo. Y si estás en modo más elegante, las flores preservadas son una opción ideal porque duran mucho tiempo y siempre se ven perfectas.

4. El detalle dorado: La cubertería

   Si quieres darle a la mesa un aire más glamuroso, usa la cubertería dorada. No falla nunca, siempre que la pongo en mis cenas alguien comenta lo bonita que es. Es ese toque elegante que hace que tus invitados se sientan como en una cena de gala.

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5. Las servilletas, ¡nada de servilletas de papel!

   Otro truquito que nunca falla: borda tus iniciales en servilletas de lino. En La Compañía Francesa tenemos servilletas preciosas que, combinadas con un bonito servilletero, harán que la mesa se vea impecable, un distintivo de lo más chic muy económico.

6. Iluminación: La clave para crear el ambiente

   Para crear un ambiente íntimo y cálido, no te olvides de añadir unas lámparas touch. Son una de mis debilidades porque, además de ser inalámbricas, las puedes mover por la mesa sin necesidad de enchufes, y su luz suave crea un ambiente de lo más acogedor. ¡Adiós a las luces del techo que parecen de quirófano!

7. Un toque de aroma y calidez con velas

   Y, por supuesto, no pueden faltar las velas perfumadas. Cada una de las que puedes encontrar en La Compañía Francesa te evoca a un lugar del mundo. Además de tener un aroma delicioso, cuando las enciendes crean un juego de luces espectacular dentro de su envase de cristal. ¡Con solo encender una vela ya tienes la mitad del ambiente creado!

Poner una mesa bonita no tiene que ser un dolor de cabeza. Con algunos trucos y productos, ya has visto que puedes convertir tu mesa en el centro de la velada. ¡Así que no olvides cuidar los detalles y disfrutar! Porque al final, lo que cuenta es el momento que compartes con tus seres queridos... y si la mesa está bonita, mejor aún.